Quedó libre. Pese a haber confesado que financió a grupos armados de La Araucanía a través de negocios forestales, el empresario Walter Araneda Parra pudo optar a la libertad vigilada. En su declaración judicial lo cuenta todo: desde el pago a comunidades mapuches que le prestaron cobertura armada hasta el temor a que se le diera vuelta la tortilla y que sus camiones terminaran quemados. Su cadena de blanqueo de madera robada llegó a tal punto que entre sus compradores figuran destacadas empresas del rubro, incluida la Forestal Arauco.
La historia es de la Unidad de Investigación de BioBioChile y en Matinal Nuestra Casa revisamos los detalles junto al periodista, Nicolás Parra.
