Estudio revela mayor temor a fiscalización que a chocar manejando en estado de ebriedad

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Hablamos con Raúl Perry, gerente de programas de Fundación San Carlos de Maipo, sobre la preocupación que genera un estudio que revela que hoy existe más temor a ser detenido que a chocar manejando en estado de ebriedad.

Según la 5ª Radiografía al Consumo de Alcohol en Fiestas de Fin de Año, estudio elaborado junto a Cadem y presentado en el inicio de la campaña “Conductores Ni Una Gota”, impulsada por la Asociación Pro Consumo Responsable de Bebidas Espirituosas, el Ministerio de Transportes y la Mutual de Seguridad, evidencia una creciente normalización de la conducción bajo los efectos del alcohol y una preocupante indiferencia frente a los siniestros viales.

El estudio, aplicado a hombres y mujeres mayores de 18 años, reveló que un 61% de los encuestados considera que quienes conducen tras beber se preocupan principalmente de ser fiscalizados, mientras que solo un 11% identifica como principal riesgo causar lesiones graves o la muerte a terceros. En tanto, un 19% teme dañar su propio vehículo, lo que refuerza la idea de que el foco está puesto en las consecuencias personales y no en el daño humano.

A esto se suma una creciente indolencia frente a la siniestralidad vial. El 70% de los encuestados cree que a la ciudadanía le es indiferente si aumentan o disminuyen los fallecidos por accidentes de tránsito, y el 84% considera que este problema no es una prioridad país.

Otro dato alarmante es que cinco de cada diez personas consideran inevitables los accidentes asociados al alcohol, creyendo que esta conducta no se puede prevenir durante las fiestas de fin de año.