mié. 09 junio, 2021 17:25

Crean dispositivo que detecta la actividad cerebral y es capaz de “leer” la atracción hacia otra persona

Un grupo de científicos revolucionó algo tan simple como la atracción hacia otra persona: crearon un dispositivo computacional que permite “leer” si una persona te gusta o no.

Este proyecto fue desarrollado en la Universidad de Copenhague (Dinamarca) y la Universidad de Helsinki (Finlandia), con el fin de detectar la actividad cerebral y neuronal de una persona cuando conoce a alguien nuevo.

El Dr. Tuukka Ruotsalo, del Departamento de Ciencias de la Computación de la Universidad de Copenhague, señaló en un comunicado que “al comparar la actividad cerebral de otros, ahora también hemos descubierto que es posible predecir las caras que cada participante encontraría atractivas antes de verlas. De esta manera, podemos hacer recomendaciones confiables para los usuarios, al igual que los servicios de transmisión sugieren nuevas películas o serie basada en la historia de los usuarios”.

La investigación, publicada en la revista especializada Proceedings of the Web Conference 2021, para los científicos significa un inicio del desarrollo tecnológico, en el cual podrán crear una especie de “lista de recomendaciones” de personas.

En el experimento, a cada participante se le mostró una gran cantidad de imágenes de rostros humanos y se les pidió que buscaran las que encontraran atractivas.

“Al hacerlo, se registraron sus señales cerebrales. Estos datos se utilizaron para entrenar un modelo de aprendizaje automático para distinguir entre la actividad cerebral cuando el participante vio una cara que le pareció atractiva y cuando vio una cara que no le pareció atractiva”, explica el estudio.

Dicho aprendizaje automático utilizó los datos basados en el cerebro de un mayor número de participantes, calculando nuevas imágenes faciales que estas personas podrían encontrar atractivas.

Este nuevo análisis de preferencia por parte de los usuarios genera respuestas mucho más asertivas que una encuesta u otro medio de recopilación de datos.

Sin embargo, los investigadores señalan que los dispositivos de interfaz cerebro-computadora “deben volverse más baratos y fáciles de usar antes de que se encuentren en las manos o atados a la cabeza de usuarios ocasionales. Su mejor conjetura es que esto llevará al menos 10 años”.

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