Humillaciones, garabatos y hasta golpes con una regla son parte de los tratos por los que un trabajador en Asmar denunció a su jefe. “Me da hasta vergüenza de lo tonto que fuimos por aguantar”, cuenta el denunciante.
La confesión es parte de la declaración de Ruperto García, trabajador de Astilleros y Maestranzas de la Armada (Asmar) en Talcahuano.
Pese a que siguió los protocolos internos para exigir una solución, la víctima sigue trabajando junto a su superior. La compañía dispuso de un “couching” para evitar los maltratos.