Un verdadero desastre se observa en plantaciones de cerezos de la comuna de Quillón, donde la pérdida de la producción es total en algunos casos debido a las lluvias de primavera, el fuerte viento y los cambios de temperatura.
Los fruticultores piden ayuda para enfrentar esta emergencia, ya que es una crisis de proporciones. Quillón es una comuna eminentemente cerecera y centenares de productores viven de lo que cosechan cada verano. Hoy les embarga la resignación, en plena temporada los árboles poco y nada ofrecen.