Masiva fue la participación de los peregrinos que llegaron hasta el cerro La Virgen en Concepción, para conmemorar la Inmaculada Concepción.
Miles de feligreses llegaron para pedir, pagar mandas o simplemente agradecer por lo que, dicen, la virgen les concedió. En tanto, desde las faldas del lugar otro panorama se observaba. Una feria improvisada cambió por completo el panorama espiritual: el comercio se instaló por las calles Barros Arana, desde Paicaví hasta Roosevelt, e incluso se cortó el tránsito debido a los cientos de puestos ambulantes, que vendían de todo.