En 1985, cuando aún no retornaba la actividad legislativa en nuestro país, se decretó la normativa ISP 466, que determinaba que los médicos veterinarios no podían utilizar medicamentos de uso humano, a menos que tuvieran un botiquín especializado que los certificará.
El problema es que la indicación lleva más de 30 años y nunca ha sido aplicada. Eso hasta ahora, ya que el Instituto de Salud Pública, comenzó a exigirla para todos los veterinarios del país, situación que complica debido a la serie de exigencias que incorpora.