En prisión preventiva quedaron los cuatro miembros de una banda criminal que operaba no solo en la región del Bío Bío, sino que también se trasladaban entre Santiago y Osorno, asaltando locales comerciales de ciudadanos chinos.
Los delincuentes se aprovechaban de las dificultades en cuanto al idioma, de sus víctimas, y las maniataban y golpeaban, además de quitarles sus celulares.
El caso se dio a conocer gracias a una denuncia de un delito cometido en Chillán y otro en San Carlos.