Fue todo un acontecimiento donde los residentes de la caleta Lenga, en Hualpén, se movilizaron para regresar el cetáceo al mar, creyendo, como la mayoría, que eso salvaría su vida.
Esa desesperación los llevó incluso a criticar a los funcionarios de Sernapesca que llegaron al lugar para indicar a la comunidad que lo mejor era esperar una embarcación para remolcar a la ballena de forma controlada, lo que no fue atendido siendo finalmente bomberos quienes la ingresaron al mar, el que la devolvió muerta al día siguiente.
Los restos fueron sometidos a una necropsia en la que participaron investigadores de la Facultad de Medicina Veterinaria y del Centro de Estudios de Mastozoología marina y del Departamento de Oceanografía de la Universidad de Concepción, quienes entregaron los resultados a Sernapesca.