Para Lina Velásquez, el amargo recuerdo del terremoto y tsunami de 2010, que la mayoría de los habitantes de la región del Bío Bío guarda, es más intenso, debido a un problema habitacional que se arrastra y empantana. Por entonces, habitaba un departamento en el tercer piso del edificio Plaza del Río, en Salas 1343, mientras sus hijas lo hacían en el segundo y cuarto nivel, porque compraron con la idea de vivir cerca entre sí.

Tras el violento sismo, no han vuelto a pisar sus departamentos, porque la reparación aún no llega, pese a los pomposos anuncios realizados, el último en 2020.