A los niños y niñas les resulta más difícil enfrentar cambios, pues sus procesos de adaptación usualmente son más lentos. El estrés que esto les produce puede dar origen a algunos síntomas como sensibilidad emocional, ansiedad, irritabilidad, alteración del ciclo del sueño y cansancio físico.
Sobre la influencia que pueden ejercer los padres para revertir estas situaciones, Javiera Carvajal, psicóloga de las Aldeas infantiles SOS Chile nos compartió algunos consejos.