Hasta antes de ser conocido como el Rey de Oro, Harold Vilches pasaba desapercibido. Un estudiante sin muchos amigos ni dado a las pasiones universitarias. Escondía, sin embargo, una actividad secreta: el contrabando de miles de millones de pesos en el metal precioso con destino a Dubái.
Hoy, dice, su pasado lo condena: figura como imputado en el denominado caso Relojes. Y lanza sus críticas: “Muchos de los PDI que participan (de la causa) han estado vendiendo la investigación como locos por todos lados”. Asegura estar dispuesto a declarar y que Parived se limitó a transar especies “lícitas”.
La investigación de Biobiochile.cl la analizamos junto al periodista Nicolás Parra.