Como una especie de mantra, un karaoke, el presidente repite el último discurso de Allende. Parece un caso de enajenación, pero no es eso. Es solo un caso de casi enfermiza admiración. En esta columna las lecciones que dejó la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado y lo que espera al Gobierno. Este es el comentario de Tomás Mosciatti.

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Piden administrador provisional: deuda de casi $10 mil millones amenaza servicio de educación en Talcahuano
29 June 2025 | 10:21