Entrevista de Tomás Mosciatti a Juan Pablo Sims: "El BRICS se ha transformado más en una suerte de unión política"

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En un mundo marcado por la competencia entre superpotencias como Estados Unidos, China y Rusia, el enfoque se centra en el papel del BRICS, una alianza que ha evolucionado de una simple unión económica a una fuerza con ambiciones políticas y económicas globales. Juan Pablo Sims, experto en ciencias políticas, destaca que el BRICS, integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, se ha transformado en una unión política con el objetivo de desafiar el sistema liderado por Estados Unidos. Aunque sus miembros tienen diferentes sistemas políticos, encuentran unidad en su oposición al sistema postguerra fría. El Nuevo Banco de Desarrollo y la participación en la ONU son formas clave en las que el BRICS ejerce su influencia, pero la diversidad del grupo puede plantear desafíos en su cohesión diplomática y política.

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El panorama geopolítico actual, caracterizado por una renovada pugna de poder entre colosos como Estados Unidos, China y Rusia, ha puesto en el centro del debate el papel del BRICS. Esta alianza, que en sus inicios parecía una mera conjunción económica, ha evolucionado hacia una fuerza con claras ambiciones políticas y económicas que buscan redefinir el orden global. Para desentrañar su verdadera naturaleza y propósitos en una nueva edición de “La Entrevista de Tomás Mosciatti”, conversamos con Juan Pablo Sims, cientista político y académico del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad del Desarrollo.

Lo que comenzó como una invención conceptual de un banquero a principios de los 2000, una suerte de “asociación light con poca institucionalidad”, ha mutado de manera significativa, explicó Juan Pablo Sims. Si bien en teoría su origen fue puramente económico, el análisis de sus acciones revela que el BRICS, compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, “se ha transformado en una unión política”.

Sims ahondó en que esta diversidad de sistemas políticos entre sus miembros, desde una democracia liberal como Brasil hasta regímenes autoritarios como China y Rusia, encuentra un punto de convergencia fundamental que es la búsqueda de “mayores espacios en contraposición al sistema dominante de posguerra fría”, liderado por Estados Unidos y sus aliados occidentales.

Ante la categorización inicial de estos países, especialmente en el caso de China, sobre si es un país emergente o que ya emergió. Sims reconoció que “Lo que sí tiene China es que, a diferencia de los otros países occidentales, tiene una escala que le permite tener mayor poder a menor nivel de riqueza por persona. Uno va a China, y es una cuestión que yo estudié hace un par de meses, y es algo que uno queda simplemente impresionado, porque, por supuesto, tienen tal escala que les permite tener poder”.

Con respecto al actual peso del BRICS en la economía global, el cientista político matizó que, más allá de la paridad numérica, lo fundamental reside en “El tema es qué es lo que proponen y cómo se construyen.Y el BRICS tiene una diversidad súper importante. Tenemos distintos sistemas políticos, tenemos distintos tipos de economía que son complementarias en gran medida.Pero, ¿qué es lo que los une? Es su contraposición a un sistema institucional internacional, ese es el elemento principal.”

En cuanto a los mecanismos prácticos que el BRICS utiliza para proyectar su influencia Juan Pablo Sims destacó como el más importante el Nuevo Banco de Desarrollo, una institución liderada desde 2023 por la expresidenta brasileña Dilma Rousseff. Sims aclaró que la participación en este banco no se limita a los miembros plenos del BRICS. Otros ámbitos donde se manifiesta la acción del bloque son “en reuniones constantes y votos en Naciones Unidas”.

Finalmente, el académico recalcó que, a pesar de tener un objetivo general común, la diversidad del BRICS introduce complejidades. “Brasil, que es un país liberal, una democracia, muchas veces vota de otra manera que como vota China, que como vota Rusia”, ejemplificó Sims, lo que expone una posible falta de cohesión total en la práctica diplomática y política del grupo, a pesar de sus ambiciones.