En los próximos meses, un enorme cuerpo de agua cálida se va acercar lentamente por el oceáno Pacífico hacia Sudamérica.Y mientras lo hace, va a desencadenar un fenómeno climático que va a traer cambios dramáticos en los patrones del clima alrededor del mundo.
Los científicos señalan que hay un 90% de posibilidades que fenómeno de El Niño se extienda hasta final de año y los primeros meses de 2024.
Y además señala que será uno muy fuerte.Si la predicción de los científicos se cumple, el impacto puede ser significativo. Los mismos investigadores ya habían señalado que con el aumento de las emisiones de dioxido de carbono y El Niño con mucha intensidad, hay un 66% de posibilidades que el planeta rompa el límite de aumento de temperatura de 1,5 grados centígrados al menos un año de acá hasta el 2027.
Además, eso también significa otros efectos de clima extremo como lluvias torrenciales e inundaciones durante el invierno. «Estamos proyectando una probabilidad superior al 90% de que habrá efectos de El Niño durante el invierno», le dice a la BBC David DeWitt, director del Centro de Predicción del Clima de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE. UU. «Hay un 80% de probabilidad de que tengamos el fenómeno de El Niño en julio».

Por esa razón los investigadores anotan que las pérdidas globales podrían superar los US$84 billones en este siglo si el calentamiento global aumenta la frecuencia, pero sobre todo, la intensidad del fenómeno de El Niño. «El Niño no es simplemente un fuerte golpe del que una economía se recupera de inmediato. Nuestro estudio muestra que la productividad económica después de El Niño se comprime durante mucho más tiempo que simplemente el año posterior al evento», explica Justin Mankin, coautor. del estudio y profesor asistente de geografía en Dartmouth College.
Pero los cambio en los patrones del clima que trae El Niño, también tiene otros problemas. Las enfermedades por infecciones se vuelven más prevalentes en áreas donde las condiciones favorecen la aparición de insectos y otros animales propagadores de pestes.
Un estudio que se hizo sobre los efectos que tuvo El Niño en 2015 y 2016 encontró que los brotes de enfermedades se volvieron entre un 2,5% y 28% más frecuentes. Y el aumento se registró incluso en más casos de hantavirus, que es producido principalmente por roedores. Durante El Niño viaja mucho calor y humedad desde los trópicos hacia los polos.