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Balean a joven de 18 años frente a Tribunales de Concepción: sospechosos se dieron a la fuga
20 July 2025 | 19:15
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Priscila Toro BBCL | Cedida a BBCL | Edición BBCL
En un año, Nicolás vio su vida trastocada tras ser atropellado por Álvaro Antequera, subgerente de la vidriera Digosa, quien no se detuvo a ayudarlo. Nicolás sufrió graves lesiones que lo mantienen postrado, con pérdida de memoria y secuelas físicas que le impiden retomar su vida anterior. La Fiscalía busca cerrar el caso sin imputar a Antequera, a pesar de testimonios que sugieren su responsabilidad en el accidente y su posterior abandono del lugar. Mientras Nicolás anhela recuperarse, su familia lucha por justicia en un caso que queda en el limbo, sin claridad sobre si habrá sanción para el responsable.
Desarrollado por Bío Bío ComunicacionesEl pasado 18 de julio se cumplió un año desde que cambió la vida de Nicolás. Con 19 años, mientras se dirigía a la universidad, fue atropellado por Álvaro Cristóbal Antequera, subgerente de la vidriera Digosa.
Pero su atropello podría quedar en nada, ya que la Fiscalía buscaría cerrar el caso sin imputado.
Un año después, Nicolás está durmiendo en una cama que instalaron en el comedor de la casa. Su madre, Lissete, toma aire para conversar con BioBioChile, y es que recordar lo que pasó ese día, y sobre todo cómo va su caso, no ha sido fácil.
Eran las 6:57 de la mañana del 18 de julio de 2024. Nicolás Reyes estaba bajando desde la población Ríos de Chile en Lirquén, comuna de Penco, para dirigirse al Inacap. Estaba en su primer año de Analista Programador.
Se disponía a cruzar la avenida Pedro Aguirre Cerda, que divide todo el pueblo, por calle Camilo Henríquez. No recuerda lo que pasó después.
Según testigos, una camioneta roja lo impactó de tal manera que lo arrastró y lo dejó incrustado en una reja. La camioneta era conducida por Álvaro Antequera. Muchos pensarán que se bajó a ayudar y atender al joven, pero no, siguió su camino mientras Nicolás se desangraba en el piso.
“Me dijeron ‘su hijo tuvo un accidente acá frente al mercado, venga rápido"”, relató Lissete a BioBioChile.
Llamó a un sobrino que vivía más cerca del lugar del accidente. Demoraron entre 10 y 15 minutos en llegar. Cuando ella arribó al lugar, vio cómo su hijo era subido a la ambulancia. Fue inmovilizado e intubado.
Fue recién en ese momento que apareció el responsable del accidente, pero ya habían pasado 40 minutos. No habló con la madre del joven, se quedó ahí.
Lissete señala que todo “fue igual que si hubiera vivido una película”. Cuando entraron a la Urgencias del Hospital Higueras de Talcahuano, ya había un equipo médico esperando a Nicolás. “Esto está muy mal, Nicolás está extremadamente grave y tenemos que intervenir”, le dijeron a la mujer mientras llevaban a su hijo a pabellón.
Estaba fracturado de pies a cabeza, sin mencionar el daño axial difuso grado 2 que lo tiene con pérdida de memoria a corto plazo. Cuando los médicos salieron de pabellón le dijeron a Lissete “Mire, yo le voy a ser sincero, si usted cree en Dios, pídale, porque nosotros hicimos todo lo que estaba a nuestro alcance y ahora depende de él”.
El escenario era devastador. Claramente, la familia sabía que toda su vida cambiaría. Nicolás ya no podría seguir haciendo parkour, una de sus principales pasiones, ni juntándose con sus amigos, como le encantaba hacerlo.
Mientras conversamos con Lissete en el comedor de la casa, Nicolás comienza a despertar. Se sienta y nos saluda, así que nos preparamos para conversar con él.
Nicolás se levantó de la cama, se sentó en una silla y sonriendo, comenzó a hablar con nosotros. Necesitó un poco de apoyo para moverse. No es necesario poner mucha atención para percatarse de las secuelas físicas que le dejó el accidente.
“Yo me dedicaba mucho en lo que era el entrenamiento corporal”, relató y enfatizó en que lo que más le gustaba era el parkour. Estaba en primer año de universidad y recuerda que “me gustaba y me sigue gustando. Me acuerdo ligeramente, tengo recuerdos de mi entrada a la universidad”.
Enfatiza en que le encantaría retomar la carrera. Hicimos una pequeña pausa para conversar sobre Hatsune Miku, ya que vimos que tenía un par de dibujos pegados en la pared.
Tras la pausa, retomamos la conversación sobre su caso. “Mayoritariamente, me acuerdo después del hospital, y ya antes cuando estaba en el hospital, tengo un ligero recuerdo solamente”, relató.
“Antes yo podía caminar bastante, a mí me gustaba caminar, pero ahora, después de caminar un rato, me empieza a doler la rodilla. Me siento cansado muy rápido, perdí gran parte de la fuerza que tenía antes”, nos contó.
Dice que le gustaría poder volver a tener la condición física que tenía antes, pero tanto él como su familia sabe que costará mucho. Previo al accidente pesaba casi 100 kilos, principalmente en masa. Salió del hospital pesando la mitad.
“Después de salir del hospital, y ahora actualmente, bastante deprimente pasar todos los días en casa”, dice Nicolás sobre el tener que pasar todos los días en su casa, encerrado en el comedor o logrando salir con varias medidas de precaución.
Añade que “estoy encerrado, acostado, si no es otra cosa me paso los días durmiendo y si no durmiendo jugando, y tampoco es como que puedo hacer mucho”.
Al momento de salir, tiene que ser acompañado y siempre con el GPS activado para que su madre sepa dónde está, ya que producto de la memoria a corto plazo temen que se le olvide.
Nicolás no recuerda nada sobre lo que pasó y todo se lo han tenido que contar. Para él es “bastante extraño. De a poco he ido sabiendo lo que pasó ese día, por los relatos que me había dicho mi mamá”.
También es difícil para ella revivir ese momento, y también tener que contarle a Nicolás cómo fueron esos días.
“Yo de repente un día me tiré a la cama a dormir y al día siguiente estaba en el hospital”, relata Nico.
Le parece raro que su rostro aparezca en campañas, lienzos y medios de comunicación. “Se me hace muy extraño estar en boca de todos”, indicó.
Su madre pelea para que no se cierre su caso. Lissete nos dice que buscan justicia para Nicolás, pero, qué busca Nicolás. Él responde que “no quiero venganza como para llevarlo preso o algo por el estilo, pero quiero que al menos pague por todo lo que hizo gastar a mi familia, por todas las preocupaciones, por todo lo que tuvo que invertir mi familia en cuidarme a mí, en el hospital, en mantenerme en el hospital, en la preocupación de cada hora que estuve en el hospital, porque después de todo no fue muy barato”.
Lo único que quiere es retomar su vida normal, seguir con sus estudios, volver a salir con sus amigos como antes, empezar de nuevo.
Cuando pudo volver a hablar con sus amigos tras meses hospitalizado, dice que se le “hizo muy raro, demasiado raro, y me sentía muy inconexo con todo, era muy extraño todo y sentía que no pertenecía allá. Sentía que todo el mundo había avanzado y yo me había quedado estancado por el accidente”.
Ahora, surge la duda de por qué la Fiscalía estaría buscando cerrar el caso, tal como nos dice la familia, así que conversamos con Pool Reinier Cantergiani, abogado que los representa y que ha sostenido reuniones con el Ministerio Público.
Según relató, los primeros informes de la SIAT de Carabineros darían cuenta de que el menor habría cruzado en rojo, pero las cámaras de seguridad no lo registraron, sólo se ven los círculos de los semáforos.
Sin embargo, tampoco se ve que el conductor bajara la velocidad, o se detuviera. Es decir, independiente del semáforo, el conductor se fue del lugar.
Una vecina de Lissete, quien entregó su testimonio a las autoridades, relató que vio al hombre detenerse en la subida a la población Ríos de Chile, y no solo eso, se bajó del vehículo, miró la camioneta en la parte donde impactó a Nicolás. Sacó su teléfono y conversaba con alguien, mientras se tomaba la cabeza. Solo se escuchaban garabatos.
Esta testigo sería una de las partes clave en este caso, ya que da cuenta de que Álvaro se fue del lugar y continuó con su recorrido por al menos dos kilómetros. Entre el lugar del accidente, y donde se detuvo, no demoraba más de cinco minutos, entonces ¿qué pasó en esos 40 minutos? ¿Con quién conversó? y lo más importante, ¿Por qué no se detuvo?.
Tratamos de contactarnos con Álvaro, e incluso lo llamamos al celular que aparece en el registro policial, pero al marcar, cortaron.
También intentamos tener una declaración de la Fiscalía, sin embargo, hasta el cierre de esta nota aún no hay respuesta.
En definitiva, queda la duda de qué pasará en este caso. Mientras el abogado señala que solicitó diligencias que den cuenta de la responsabilidad del acusado en el abandono de Nicolás, independiente de si cruzó o no en rojo, Nicolás busca de a poco recuperar su vida, mientras su madre y familia luchan porque la justicia dictamine que Álvaro tuvo la culpa.
Lo concreto, es que el caso está en un limbo donde no habría investigación, ni sanción, si todo sigue como se le dijo al abogado de la familia, quedando la duda de si alguien responderá o no por el atropello a Nicolás, el cual vio truncado su futuro.
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