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05 September 2025 | 19:59
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Talcahuano se ha convertido en la comuna con más robos de cable en el país, con un promedio de seis delitos diarios, según CGE. Durante el primer semestre de 2025, el robo de cable se triplicó y solo en la región del Biobío se han sustraído más de 32 kilómetros de cable. La compañía ha invertido hasta 400 millones de pesos en reparaciones, mientras los delincuentes venden el cobre a 4 mil pesos por kilo y lo exportan en lingotes. Autoridades y la empresa piden perseguir a toda la cadena del delito, desde los ladrones hasta quienes compran y exportan el material.
Desarrollado por Bío Bío ComunicacionesTalcahuano se convirtió en la comuna con mayor cantidad de robos de cable en el país, con un promedio de seis delitos diarios, según la empresa afectada, CGE.
El negocio detrás de este delito consiste en derretir el cobre para formar lingotes y luego exportarlos, dificultando rastrear su origen.
Durante el primer semestre de 2025, el robo de cable se triplicó respecto del año anterior. Solo en la región del Biobío, han sustraído más de 32 kilómetros de cable en lo que va de este 2025.
Entre enero y junio, se registraron 327 robos a instalaciones de distribución y transmisión eléctrica. El 95% de estos hechos ocurrió en Talcahuano, que concentra la cifra más alta a nivel nacional para la Compañía General de Electricidad.
Alex Lobos, subdirector zonal sur de CGE, señaló que la empresa se ve obligada a destinar recursos a reparar fallas provocadas por estos robos, en lugar de enfocarlos en la atención de emergencias.
Lobos, además, advirtió del avance del crimen organizado asociado a este delito y pidió a las autoridades perseguir toda la cadena del delito, enfocándose no solo en quienes sustraen el cobre, sino también en quienes lo compran y lo exportan.
Según los datos de CGE, la compañía ha debido invertir hasta 400 millones de pesos en reparaciones solo en Talcahuano.
Los delincuentes venden el cobre robado a cerca de 4 mil pesos por kilo. Lo derriten para convertirlo en lingotes y luego lo exportan, lo que dificulta que las policías determinen si el material proviene de compañías telefónicas, eléctricas o ferroviarias.
Por ello, desde la empresa solicitaron que el robo de cable sea considerado un delito de alta connotación, al igual que el robo de madera.