Una mujer se sometió a dos tratamientos de esterilización en el Hospital Penco – Lirquén, en la Región del Biobío, y ambos resultaron fallidos.
María José Vega Correa, de actuales 33 años, quedó embarazada las dos veces posteriores a los tratamientos, entre ellas una gestación gemelar.
Por ello, demandó al Servicio de Salud Talcahuano por falta de servicio, daño moral y material por la vulneración de sus derechos reproductivos y su dignidad.
La mujer, quien actualmente vive en Penco, decidió solicitar una esterilización en su Cesfam en 2018, porque tenía dos hijos y por motivos personales y económicos no quería tener más.
En el proceso, la derivaron hasta el Hospital Penco – Lirquén, donde tras múltiples exámenes por un año, le revelaron su cuadro clínico antes de la esterilización: intolerancia a los métodos anticonceptivos hormonales y resistencia a la insulina.
Tras las exigencias previas, el 13 de febrero de 2019 fue intervenida en el Hospital Penco – Lirquén por el médico ginecólogo J.D.B., quien le realizó una ligadura de trompas por vía laparoscópica -procedimiento que consiste en cerrar las trompas de Falopio- y calificada por él como “exitosa”.
Según dijo María José, le explicaron que se trataba de una operación poco invasiva, que requería anestesia general y una abstinencia sexual de 50 días; además, afirmó que en ningún momento le dijeron que había un porcentaje de fallo y que el ginecólogo le aseguró que era una operación irreversible.
“A mí en el hospital nunca me dijeron que había un porcentaje alto de que pudiera fallar la operación, o que no sé, que la operación se podía revertir, nada. A mí el médico me dijo, tienes que pensarlo bien porque esto es irreversible”, dijo la mujer.