Descubre porqué nuestra mente tiene recuerdos falsos, aunque tengamos buena memoria

hrs

Alguna vez te ha sucedido que te acuerdas perfectamente de haber dejado las llaves o algún otro elemento en un lugar en específico, de manera que si no están ahí es porque alguien las tomó, pero luego resulta que las tenías en tu bolsillo o cartera?

Aunque este tipo de experiencias nos dejen un poco confundidos, ocurren frecuentemente y es más común de lo que parece, incluso sin que nos demos cuenta.

Julia Shaw, una psicóloga del University College de Londres, dice que “todo el mundo tiene recuerdos falsos todo el tiempo, incluso si crees que tienes la mejor memoria del mundo”.

La psicóloga se refiere particularmente a la memoria autobiográfica, “los recuerdos de nuestras vidas que a menudo vienen acompañados de un pie de página llamado ‘componentes multisensoriales’: recordad cómo se sentía algo, a qué sabía, cómo se veía, cómo sonaba… con emociones involucradas”.

Por ejemplo, si estás recordando un suceso tipo ‘el 11 de septiembre de 2001, fue el ataque de las Torres Gemelas en New York’, no tienes que acceder a tantos lugares en tu cerebro, en cambio al vivir una experiencia propia, necesitas conectar todas las partes de tu cerebro responsable de las distintas sensaciones, formando una red de neuronas grande e intrincada.

La forma que recordamos es irremediablemente defectuosa y a menudo guardan poca relación con eventos verificables, algo que se ha confirmado una y otra vez en estudios científicos.

Crisis de identidad

Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes en espejos rotos, pero si somos nuestra memoria y esta es tan poco fiable entonces, ¿somos mentira?

En cierto sentido, si, pero el hecho de que nunca podamos estar cien por ciento seguros de si lo que recordamos es cierto no debemos preocuparnos.

Implante de memoria 

La psicóloga Shaw se hizo conocida por un experimento que realizó para su doctorado, en el que mostró como un grupo de alumnos creaban recuerdos falsos.

Y no estamos hablando de pequeños detalles: los estudiantes terminaron describiendo cómo, hacía pocos años, habían agredido a personas o habían sido atacados por un animal, cuando en realidad no había sucedido tal cosa.

Pero no lo hicieron por sí solos, si no que la psicóloga los indujo a pensar así en solo tres sesiones.

Tras ganarse su confianza, les decía, por ejemplo, que sus padres le habían contado que cuando tenían 14 años habían atacado a alguien con un arma y la policía había estado involucrada.

 

Luego introducía detalles de la vida real, como ‘tu amigo Alan estaba presente’ y les decía que ocurrió en el lugar en el que vivían en cierta época, lo cual es más que suficiente para que esa persona piense que efectivamente ocurrió.

Paso seguido, les ofrecía ayudarlos a recordar lo que ella sabía era irrecordable, y los guiaba en ejercicios de imaginación.

Asombrosamente un 70% de los estudiantes en nuestro estudio crearon falsos recuerdos de actividades delictivas.

Finalmente la psicóloga Shaw declara y subraya que el estudio pasó por una extensiva aprobación ética, por supuesto, porque era una gran manipulación.

Y asegura que cuando les explicaron a los participantes de qué se había tratado el estudio, «la mayoría sintió alivio y ninguno se enojó, al menos no me lo dijeron».

Desde el punto de vista de todos la verdad, resultó ser un gran aprendizaje.

Nuestros pensamientos son a menudo influenciados por otras personas, por lo general, sin intención todo el tiempo. Así que creo conveniente enseñarle a la gente a ser consciente de ello y a entender cómo funciona ese proceso.