Entrevista de Tomás Mosciatti a Pablo Zeballos sobre crimen organizado: "Si no corregimos el rumbo ahora, será dificil volver atrás"

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El investigador en crimen organizado y miembro del comité de expertos del Ministerio de Seguridad, Pablo Zeballos, advierte que Chile atraviesa un momento crítico frente al avance del narcotráfico. En entrevista con Bio Bio TV, señaló que el país ya muestra síntomas de debilitamiento institucional en áreas clave, lo que podría acercarnos a una situación de difícil reversa. “Estamos en demasiados niveles de umbrales que no sabemos si ya ingresamos al umbral del no retorno”, afirmó.

Uno de los puntos más delicados, según Zeballos, es la pérdida de control territorial por parte del Estado. Citó el caso del llamado “rey del barrio Meiggs”, asesinado en una plaza pública, cuyo sicario fue liberado por error judicial y logró escapar del país. “Ese hombre hoy es un rockstar dentro del crimen organizado. Escapar de la justicia en un país extranjero lo transforma en leyenda”, advirtió.

Zeballos también cuestionó el estado de las instituciones. Señaló que el crimen organizado no solo se infiltra en los barrios, sino también en espacios como Gendarmería, Aduanas e incluso Fuerzas Armadas. “En algunos casos, el narco no solo coopta, sino que sustituye al Estado”, alertó.

En cuanto a las fronteras, el investigador calificó como inaceptable la lentitud en la toma de huellas dactilares a detenidos extranjeros. Recordó que hay bandas internacionales operando en el país, como el Tren de Aragua, cuya presencia fue inicialmente negada por las autoridades. “La criminalidad transnacional no espera. Si no hay controles reales, entran, se instalan y mutan”, explicó.

Durante la conversación con Tomás Mosciatti, también se abordó la polémica por el incumplimiento del test de drogas entre parlamentarios, pese a ser una ley vigente. Zeballos fue enfático: “Toda autoridad pública, que además legisla, debería dar señales. ¿Cómo se le exige a un conductor de Uber y no a un parlamentario?”.

Sobre las cárceles, afirmó que hoy funcionan como verdaderos centros de operaciones del crimen organizado, y que sin una política carcelaria efectiva, no hay posibilidad de frenar el fenómeno. “El poder del narco no se desarma solo con represión. Necesitamos inteligencia, control financiero y voluntad política”, señaló.

Pese al diagnóstico crítico, el investigador quiso cerrar con una advertencia y una cuota de esperanza: “No creo que estemos perdidos aún. Pero si no corregimos el rumbo ahora, será muy difícil volver atrás”, concluyó.