Bajas temperaturas han marcado las jornadas en Los Ángeles y Lonquimay

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La ola polar que ha afectado al sur del país ha dejado resgistros históricos, en la región del Biobío, la comuna de Los Ángeles ha vivido una intensa ola de frío con temperaturas que han llegado hasta los -7°C, afectando tanto a zonas urbanas como rurales de la provincia del Biobío.

Esta semana se activó el Código Azul en la comuna, que concentra la mayor cantidad de personas en situación de calle de la región, con el fin de coordinar apoyos que van desde albergues hasta entrega de abrigo y alimentación caliente.

En paralelo, se han reportado medidores de agua reventados y congelamiento de cañerías, lo que ha motivado llamados de las empresas sanitarias al autocuidado y a la protección de instalaciones domiciliarias.

Las autoridades también han reforzado la importancia del plan de descontaminación atmosférica en un contexto de bajas temperaturas que ha obligado a decretar preemergencia y emergencia ambiental.

En tanto, en la Región de La Araucanía, la comuna cordillerana de Lonquimay ha enfrentado temperaturas extremas durante los últimos días, alcanzando los -15,1°C. Este fenómeno ha generado el congelamiento de cañerías, rotura de calefones y medidores de agua, además de interrupciones en el funcionamiento de pasos fronterizos como Pino Hachado y Malal, lo que ha obligado a suspender temporalmente la atención.

A pesar de las bajas temperaturas, la acumulación de nieve ha sido escasa, con solo algunos sectores que alcanzan los 10 a 20 centímetros, afectando también el desarrollo habitual del centro de esquí Corralco, donde las pistas funcionan con precaución por el riesgo de escarcha.

El municipio mantiene activado un protocolo de albergue en caso de emergencia, especialmente pensado para delegaciones que puedan quedar varadas, aunque hasta ahora no se registran personas aisladas. Asimismo, se han reportado dificultades en la distribución de agua potable a sectores rurales, debido a que los puntos de carga amanecieron congelados. Para el fin de semana se esperan nuevas precipitaciones de nieve de menor intensidad, mientras la comunidad y autoridades continúan adaptándose a un invierno que, aunque habitual, sigue planteando desafíos logísticos y climáticos.